domingo, 16 de diciembre de 2012

UNA CENA FELIZ, ACTIVIDAD EXITOSA!


Este sabado 15 de diciembre estuvimos celebrando lo que fue ^Una Cena Feliz^, la cual fue realizada en el multiuso del Sector Juan Pablo Duarte del municipio Santo Domingo Este. Contando con la asistencia de 38 niños, donde pudieron disfrutas de pinta caritas, danza, canciones, diversion y recreacion, refrigerio, Cena Navideña y juguetes de regalo.

Esta Organizacion se siente muy agradecido por la ayuda de sus colaboradores y a todas las personas que ayudaron con la realizacion y organizacion de dicho evento, asi tambien como el aporte economico y el tiempo invertido en hacer realidad nuestro sueño, hacer feliz a los niños.

Esperamos Dios nos siga Bendiciendo y seguir aportando amor y apoyo a la niñez dominicana.







jueves, 15 de noviembre de 2012

LOS NIÑOS SON EL FUTURO PERO TAMBIÉN EL PRESENTE



Todos hemos dicho u oído en alguna ocasión que “los niños son el futuro”. Desde pequeños les educamos, les escolarizamos y estamos pendientes de su crecimiento y su comportamiento para que el día de mañana sean el relevo de los adultos de hoy.
Sin embargo, y creo que estarán de acuerdo con nosotros, los aprendizajes se consolidan cuando se llevan a la práctica y a los niños les dejamos practicar poco. Este es de hecho uno de los peros que veo en la sociedad actual y en la escuela.
Los niños acuden a aprender y son enseñados desde la perspectiva de sujeto sin conocimientos que debe aprender lo que el sistema considera, con poca capacidad para tomar decisiones (los padres y los profesores saben lo que es mejor para ti) para, una vez llega a la adolescencia deber tomar una gran decisión de futuro como es orientarse hacia una profesión cuando nadie te ha enseñado a tomar decisiones, pues como digo, las han tomado por ti.

De este hecho se hace eco César Muñoz Jiménez, consultor internacional de infancia, juventud y participación ciudadana en una entrevista en que expresa la necesidad de que los adultos tengamos en cuenta los polos más importantes del cambio social: los niños, por su capacidad creativa, imaginativa y su tremenda ilusión y los ancianos por su experiencia y su memoria social. Justamente, los dos grupos de edad más olvidados.
Los niños deben tener más implicación en la vida social y esto debe empezar en la familia y en la escuela, permitiendo que tengan voz y si es preciso que tengan voto. No olvidemos que son personas y que tienen una vida que vivir con sus opciones, sus elecciones y sus consecuencias. De nada les sirve si las elecciones las hacemos los adultos por ellos, pues estarán viviendo la vida que esperamos que vivan y no la que ellos quieren vivir. Normal que luego no se sientan responsables de sus actos porque, como digo, no suelen ser sus elecciones, sino las nuestras, las de sus padres.
Implicándose más en la sociedad se convierten en, como dice César Muñoz, personas activas, menos violentas y más respetuosas con su entorno:
A mayor participación, menos violencia. Baja el nivel de violencia, de agresividad y sube el de conciencia, orgullo y cuidado con el espacio en el que participan. Si los jóvenes participan desde niños en el diseño de un parque, luego lo cuidan, es un trozo suyo, de su idea, de su sugerencia. La infancia nunca será futuro si no es presente. Debe dejar de ser una transición, hay mentiras organizadas que dicen que para ser hay que ser adulto. Los niños y los ancianos tienen que participar más. La base del cambio está en la infancia.
Así a priori, es posible que suene descabellado, sin embargo los niños y jóvenes son muy capaces de elegir y de ver las consecuencias de sus elecciones (y si no las ven ahí estamos nosotros para hablar sobre ellas y promover la reflexión), sólo falta que se les ceda un poco de la responsabilidad que curiosamente se les pide.
Por poner un ejemplo, y cito de nuevo al entrevistado:
En un pueblo un grupo de niños de entre 12 y 18 años participaron en el diseño de su pueblo, de la fiesta, hasta tienen la llave del Ayuntamiento para reunirse los domingos por la tarde en el salón de plenos. Administran un millón de pesetas de subvención del Ministerio, y eso creó un escándalo entre padres, políticos, etcétera, y lo hacen bien.
Y añado que probablemente lo hacen mejor que los adultos, con más implicación, con más ilusión y con más responsabilidad a la hora de gestionar el dinero.
Si vemos a nuestros hijos desde el punto de vista de que son niños tiranos, futuros rebeldes, adolescentes perdidos, inconscientes e irrespetuosos les estamos abocando directamente a ello, pues no les dejamos elegir, no les dejamos encontrarse, ser conscientes de sus vidas ni por tanto ser consecuentes ni responsables de sus propias elecciones.
Los niños son el futuro, pero también el presente. Debemos aprender a aprender de ellos.

EL AMOR COMO GUIA DE DESARROLLO EN LOS NIÑOS




Aunque el amor pareciera un sentimiento evidente desde los primeros días de vida, muchas veces los padres no saben cómo manifestarlo y pueden generar problemas en el desarrollo de los niños.

Aunque el amor pareciera un sentimiento evidente desde los primeros días de vida, muchas veces los padres no saben cómo manifestarlo y pueden generar problemas en el desarrollo de los niños.



Nada se compara con la emoción de una madre cuando su hijo se dirige corriendo hacia ella con la intención de abrazarla. “El amor para el niño al ver a su madre es un sentimiento positivo que le genera bienestar”, explica la sicóloga infantil Juana Morales.

También es el motor de su desarrollo y da sentido a su comportamiento. Isabel Cuadros, directora de la Asociación Afecto Contra el Maltrato Infantil, aporta un ejemplo real:
“Cuando un niño está aprendiendo a caminar, es la mamá la que está al frente motivándolo; por eso, él intenta realizar la acción incentivado por el cariño”.



Según el sicoanalista Sandor Rado, el amor es la respuesta a la necesidad satisfecha. Basada en ese concepto, la directora de la Asociación Afecto asegura que las necesidades del infante no pueden ser vistas superficialmente.

La creación del vínculo es indispensable. Isabel Cuadros afirma que se crea inicialmente con la madre o con el cuidador más cercano. Según los estudios, al comienzo los padres aportan todos los estímulos al niño, pero con el tiempo, el intercambio se vuelve recíproco y el menor expresa las emociones a través de su lenguaje.


La tarea de los papás



Los adultos aman a sus hijos e intentan darles afecto de la manera que consideran adecuada. Por eso, muchas veces confunden su exagerado cariño evitando las normas y olvidan su papel de formadores. “La unión filial debe ir de la mano con la disciplina, para permitir que el niño crezca con límites”, asegura Morales.



Dependiendo del tiempo, el nivel socioeconómico y la cultura, se manifiestan distintos comportamientos. “Hay padres que regalan a sus hijos lo último en juguetes y todo lo que el pequeño pida, y creen que así le están entregando lo mejor de su cariño, pero al contrario de lo que ellos piensan, el afecto idealmente se cultiva desde la formación, la educación, el compromiso y no desde la parte material, ni con dinero”, aclara la especialista.

EL NIÑO, LA FAMILIA Y LA EDUCACION


EL NIÑO, LA FAMILIA Y LA EDUCACION


El niño aunque tenga hermanos mayores, se considera el centro de la familia. Desde los tres años empieza a descubrir el mundo exterior. Progresivamente se enfrentará a los demás, aprenderá a pensar en ellos y a jugar y trabajar en común. El pequeño deberá afirmar su imagen, y establecer una relación equilibrada con sus padres y con su familia, por medio del ensayo de su personalidad en el contacto con los demás, de la experimentación de su cuerpo, su inteligencia y sus posibilidades en un mundo que ya no es su pequeño espacio protegido.


LA ESCUELA

«La escuela es el universo de la primera socialización.» La enseñanza preescolar representa un papel de primer orden en la educación y el desarrollo del niño. Incluso, se llegan a dar casos en los que la escuela se convierte en el único universo, el único rincón de afecto de niños ignorados en sus casas.

Los trabajos realizados en el centro de educación inicial, ayudan al desarrollo del niño. Un profesor experimentado está en mejores condiciones que los propios padres para detectar alguna dificultad motriz o psicológica, y puede orientar a los padres acerca de las acciones a tomar

En el aspecto social, el niño descubre allí un mundo en miniatura, en el que hay individuos tranquilos y violentos, niños y niñas. Aprenderá a defenderse por sí solo sin la protección de su madre. A ello hay que añadir los efectos benéficos de la escuela en el terreno del lenguaje. El niño se ve obligado a hacer el esfuerzo necesario para que le comprendan sus compañeros. Ante todo, porque los niños de su edad no entenderán las palabras incorrectas o mal pronunciadas, a las que sus padres ya están acostumbrados. Pero también porque estos mismos niños se burlan de los que hablan como un bebé y se tendrá que esforzar por hablar como «un mayor».

Por último, no olvidemos las ventajas comunes a todas las actividades de grupo, que estimulan al esfuerzo y acostumbran a la disciplina. Las canciones de coro, los juegos entre varios, que agudizan la imaginación y desarrollan su expresión, obligan a desarrollar la imaginación, el sentido del espacio y permiten al niño:

· Expresar las dificultades ocultas que pueda tener 
· Completar su ubicación en el tiempo y el espacio 
· Manifestar su creatividad, sus posibilidades y sus talentos 
· Situarse a sí mismo frente a los demás y la sociedad 
· Establecer relaciones mas equilibradas con su mundo familiar 
· Afirmar su personalidad
Actitud familiar frente a la escuela

El niño de cuatro años debe empezar a ir a la escuela. De sus padres depende que el pequeño continúe deseando ir a la escuela o que acepte empezar a ir sin problemas.

El primer día es importante. Debe prepararse con bastante antelación, no comprando todo tipo de accesorios caros e inútiles, sino manteniendo una actitud favorable frente a la escuela.
Desde dos o tres meses antes, los padres deben hablarle al hijo de su próxima entrada en la escuela, hablándole de lo que hará allí, de sus compañeros, de sus amigos y amigas, etc. Al mismo tiempo, la madre debe reflexionar acerca de la entrada en la escuela de su hijo para considerarla como un paso en la evolución de su hijo o de su hija, como cuando empieza a andar, por ejemplo, y no vivirlo como una separación.

Cuando llegue el gran día, conviene que los padres acompañen juntos a su hijo hasta la escuela, aunque a partir del día siguiente sea uno de ellos el que se vaya a encargar de llevarle. Es previsible que el niño estará emocionado. Puede que ya sea lo suficientemente mayor como para ocultar la emoción; los padres también deben serlo. Puede que, por el contrario, sea pequeño y se asuste en el momento en que se quede sin sus padres. Esta despedida debe hacerse lo más breve posible, y en la mayor parte de los casos el niño se olvida enseguida.

Si el niño llora todos los días o se niega a ir a la escuela incluso después de un día fácil, habrá que actuar en función de su edad. Si tiene cuatro años o más, habrá que insistir, aunque a esta edad es muy raro el rechazo. Si tiene menos de cuatro años, y sobre todo si tiene dos años y medio, no se debe insistir más de una semana. Puede que aún no esté listo para ir a la escuela. Es mejor renunciar por este año y aplazar para el siguiente el ingreso. Se le puede ir preparando con actividades de grupo a lo largo de este período.


Las relaciones con otros niños

Un niño bien adaptado a su medio escolar tendrá buenas relaciones con sus compañeros. Por supuesto, habrá discusiones, puede que hasta bofetadas, pero que no serán demasiado graves, porque forman parte del juego. No hay que olvidar que cuanto menos se inmiscuyan los padres en los asuntos que tienen los niños entre sí, mejor. Por supuesto, en el centro de educación inicial los niños hasta se podrían dar patadas y el más pequeño podría recibir más, pero también es cierto que cuanto más reciba, antes aprenderá a no dejarse y a defenderse. Evidentemente, será necesario intervenir cuando se esté en presencia de un elemento anormal o peligroso, aunque es previsible que la propia escuela lo haga antes que cualquier padre. En la mayor parte de los casos es preferible dejar que los niños se las arreglen entre ellos, y normalmente el que amenaza con frecuencia con «decírselo a mamá». o cuya madre interviene constantemente para defenderle, se ve inmediatamente excluido del grupo.

La escuela es el segundo mundo del niño. Es él mismo quien elige a sus compañeros, encuentra a su amigo(a) intimo(a), a los miembros de un pequeño grupo de unos diez niños y niñas que se invitan mutuamente a su casa para celebrar los cumpleaños. Siempre es positivo alentar estos encuentros, invitar al compañero que pide el niño o dejarle ir a su casa. Ello demuestra que existe una armonía entre la escuela y el hogar y que el niño no separa por completo ambos mundos, sino que los une con un mismo lazo afectivo.


NIÑO Y EL TIEMPO LIBRE

Nuestra civilización del ocio tiene un sitio muy amplio para los niños. Nuestra sociedad de consumo pone cada día en el mercado nuevos juegos, juguetes, productos destinados al público infantil. Incluso los asuntos de interés de los adultos son accesibles a los niños, como sucede con la televisión que, al penetrar en el núcleo familiar, les ofrece una ventana al mundo exterior, un espejismo de colores que a veces resulta inapropiado.

¿Es posible llevar a esta personalidad naciente las diversiones que reclama? ¿No serán demasiadas distracciones las que se ofrecen a una personalidad en formación? No, si se sabe escoger y si los padres se muestran prudentes y tienen bien presente la edad y el grado de madurez del niño. De este modo es posible establecer una armonía entre el carácter y las diversiones del niño que favorece el desarrollo de su personalidad.


LA ORIENTACIÓN HACIA LA LECTURA

El hecho de que la mayoría de los adultos lean poco o mal se debe, en cierto modo, a que no se les creó el gusto por la lectura y el amor por los libros durante su infancia.

La educación preescolar prepara al niño para la lectura. Es muy frecuente que las familias reprochen a las profesoras de preescolar que no enseñen de verdad a leer a sus hijos. Ello se debe a que, salvo casos excepcionales, un niño de cinco o seis años no está maduro para iniciar la lectura propiamente dicha. Sin embargo, la educación preescolar le prepara para ello. Como ya hemos indicado, lo hace a través de la integración social del sujeto, las actividades de grupo, el desarrollo de la creatividad, los sentidos y el dominio de los medios gráficos de expresión (sobre todo el dibujo). Posteriormente, durante el año de preparación para la primaria lo hace mediante ejercicios más directos.

Ejercicios de lectura de frases ideográficas que sirven de bisagra entre la comunicación oral y la lectura propiamente dicha. Al mismo tiempo permiten acostumbrar al niño a la fijación de los ojos y al sentido de la lectura.

MISIÓN. FILOSOFÍA, META


NUESTRA MISIÓN 
Nuestra misión es brindar ayuda, felicidad y fortalecer los valores del amor y la confianza en ellos y al mismo tiempo una educación enriquecida para así mismo poder obtener un crecimiento máximo de cada niño como individuo. Ya que los niños de hoy, son el futuro del mañana.

NUESTRA FILOSOFÍA 
La filosofía de UCF esta basada en la importancia de la relación de la sociedad con los niños, para así mismo poder proveerle al niño(a) un excelente programa de desarrollo que nutra el valor de cada uno en todas las áreas tales como: Valores sociales, Culturales, Físicos, y Consignativos por medio del juego y la educación  Nosotros creemos en el potencial que cada niño(a) posee como persona, así que el respeto y un ambiente sano y amoroso es nuestra regla principal.

NUESTRA META
Nuestra meta es diseñar actividades para brindar una educación enriquecida por medio de experiencias apropiadas de acuerdo con la edad de cada niño(a), por ejemplo: actividades sociales, emocionales, lingüísticas, consignativos, de higiene(salud) y desarrollo físico. 

miércoles, 14 de noviembre de 2012


Cómo hacer feliz a un niño...

  • Cuando te busque con su mirada, míralo

  • Cuando te tienda sus brazos, abrázalo

  • Cuando te busque con su boca, bésalo

  • Cuando quiera hablar, escúchalo

  • Cuando se sienta desamparado, ampáralo

  • Cuando se sienta solo, acompáñalo

  • Cuando te pida que lo dejes, déjalo

  • Cuando quiera volver, recíbelo

  • Cuando se sienta triste, consuélalo

  • Cuando esté en el esfuerzo, anímalo

  • Cuando esté en el fracaso, protégelo

  • Cuando pierda toda esperanza, aliéntalo…

    …Porque así estarás forjando un mundo lleno de amor

Esta es una reflexión en honor y en amor a esos pequeños seres que cuando llegan a nuestras vidas ya no dejamos ir, a nuestros hijos, hermanos, primos, sobrinos... todos esos niños que hoy celebran su día.

14 leyes para hacer feliz a un niño o 14 peticiones de un niño a sus padres


                

                    14 leyes para hacer feliz a un niño 

                                            o 

                 14 peticiones de un niño a sus padres

Uno de estos días, navegando por alguna página me he encontrado la pequeña joya que he dejado un poco más abajo. 14 peticiones de un niño a sus padres, aunque yo la llamaría "14 leyes para hacer feliz a un niño".
No parecen muy difíciles, léanlas una por una, con calma y me cuentan que les parece, pero cada día las hacemos, precisamente por eso, porque las cosas más fáciles casi siempre son las que nos hacen cometer errores. 
Son los errores automáticos, que han pasado generación tras generación por nosotros, que nos hacen que comparemos a los niños con otros, aunque sólo deberíamos compararlos con ellos mismos. Eso si, cuando nos conviene, porque cuando nos dicen: "Porque a 'Fulanito' le dejan hacer 'tal cosa'", ahí si que contestamos: "A mí, 'Fulanito' no me importa nada"... 
Errores que nos llevan a darles todo lo que nos piden porque no les damos tiempo, a gritar para enseñarles a No gritar (¿alguien entiende esto?), a no ser consistentes con nuestras palabras y a mentir, porque incumplir una promesa (o un castigo) para ellos también es mentir. Otros errores nos llevan a no comprender que en el sufrimiento se encuentra el aprendizaje, y que en la justa medida que los niños pueden soportar sus problemas y afrontarlos se hacen más fuertes, más sabios y más felices.... y algunos errores nos llevan a pensar que sus problemas no son importantes, a no tener tiempo para escuchar (pero sí para comprar...), a no enseñar a querernos a nosotros mismos y decirles cuánto los queremos.
Espero que estas 14 peticiones les gusten tanto como a mí, a mí me han encantado. Aquí se las dejo dándole muchísimas gracias a Paula por dejarnos compartir el texto.


14 PETICIONES DE UN NIÑO A SUS PADRES,

por Paula Muñoz

 

1. No me gusta que me compares con nadie, y menos con mis herman@s. Si me pones de ejemplo, alguien sufrirá, y si me pones mal a mi, seré yo quien sufra.

2. A veces te pido y te pido para saber hasta dónde puedes llegar, no me des sin medida todo lo que te pida, y enséñame a valorar lo que me das.

3. Cuando me gritas te respeto menos, y me enseñas a gritar a mí también. Ten paciencia conmigo, y ayúdame a comprender las cosas.

5. Si me prometes algo, sea bueno o malo, cúmplelo. Si me prometes un premio, dámelo; y si es un castigo, sostenlo.

6. No digas mentiras delante de mí ni me pidas que yo las diga por ti. Esto me hace sentir mal y pierdo la fe en lo que dices.

7. Procura no cambiar tanto de opinión sobre lo que debo hacer; y si decides algo, mantén tu decisión, porque si no viviré siempre pendiente del próximo cambio de idea..


8. Si lo haces todo por mí, nunca podré aprender. Confía en mi, y deja que me valga por mi mism@. Tu sabes mejor que yo que se aprende de los errores.

9. Cuando te equivoques ten el valor de admitirlo.. así crecerá la opinión que yo tengo de ti, y me enseñarás, además, a que yo también admita mis equivocaciones.

10. No me exijas que te diga siempre "porqué lo hice" cuando haga algo que no está bien, a veces ni yo mismo lo sé.

11. Me gustaría aprender de ti el Amor, así que muéstrame cuánto te amas a ti mismo y a los demás, y enséñame esto mismo a mi.

12. Cuando te cuente un problema no me digas "No tengo tiempo para tonterías" o "Eso no tiene importancia". Para mí sí la tiene, y por eso te lo confío a ti.

13. Siempre seré más pequeñ@ que tu, por eso te pido que intentes comprenderme y ayudarme.

14. Y sobre todo, si es cierto que me quieres, dímelo de vez en cuando. Aunque tu creas que no es necesario, a mí me gusta escucharte cuando me lo dices.

 Texto basado en un escrito original de Jorge Bucay, sobre el que Paula Muñoz, de Pequeteca- Inteligencia Emocional , ha realizado algunas modificaciones, y protegido por los derechos de Propiedad Intelectual.PEQUETECA